“- Koen... - murmuró el muchacho - Cre-creo que he perdido tu cadena.
- ...
- Sé que era importante para ti y tenía un valor sentimental pero...
- Tienes tres segundos para empezar a correr.
- Antes de nada quiero que sepas que no fue culpa mía.
- Uno.
- ¡No! ¡Espera, espera! ¡No empieces aún!
- Dos.
- ¡Vale, vale, lo he pillado! - el chico retrocedió dos pasos y echó a correr en dirección opuesta.”
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